MADRID.- La suscripción de hipotecas inversas alcanzó un total de 2.991 en el  ejercicio 2010, lo que significa un crecimiento del 10,7% en relación al  año anterior, mientras que el importe medio de las operaciones se  estableció en 437.000 euros (-5%), según datos de la consultora Óptima  Mayores.
   El crecimiento progresivo de la contratación de este producto se  produce "por la imperiosa necesidad" que tienen los jubilados españoles  de obtener ingresos adicionales y enfocar su jubilación con mayor  tranquilidad, explica la consultora.
   La hipoteca inversa es un préstamo con garantía hipotecaria  dirigido a personas mayores de 65 años o dependientes cuya principal  característica es que la entidad financiera paga una cantidad mensual  garantizada y vitalicia al titular, sin que éste ni sus herederos  pierdan la propiedad de su vivienda.
   Por distribución geográfica, la demanda de hipoteca inversa se  concentra en las principales capitales. Por comunidades autónomas,  Madrid concentró el 30,72% de las operaciones, seguida de Cataluña  (23,96%), y en tercer lugar Andalucía (19,30%).
   En cuanto al perfil de los usuarios, sigue tratándose de mayores  de un nivel socio económico medio alto, con una edad media de 76 años, y  sobre todo mujeres. La edad media de los hombres que suscribieron el  producto de forma individual fue de 77 años, y la media de edad de los  matrimonios de 78 años. 
   Respecto al valor medio de las viviendas sobre las que se  suscribieron hipotecas inversas, el informe indica que en 2010 fue de  437.000 euros, frente a los 461.000 euros en 2009, lo que representa un  descenso del 5,10%.
   El consejero delegado de Óptima Mayores, Ángel Rodríguez-Carreño  de Cominges, sostiene que el actual escenario de envejecimiento de la  población requiere, además de una reforma del Sistema Público de  Pensiones, promover e incentivar el ahorro a largo plazo mediante planes  de pensiones y otros productos similares.
    En este sentido, destaca que, aunque el 87% de los mayores de 65  años tiene vivienda en propiedad, hasta la aparición de la hipoteca  inversa se trataba de un patrimonio inmovilizado que no podía producir  liquidez si además se vivía en él.